
En la selva amazónica, según la leyenda de Chullachaqui, nunca sabrás con quién estás hablando o qué estás mirando realmente. Como dicen los caminantes de estos territorios, hay un enano que habita la densidad de las montañas y tiene la capacidad de transformarse en cualquier cosa, incluso en un ser humano. Este gremlin astuto está en busca de personas que se han perdido en el camino, fingiendo que quiere ayudarlos.
Puede parecer un miembro de su familia, un amigo cercano, una persona local amable de la comunidad o un guía bien intencionado, que lleva a los desprevenidos por caminos enrevesados y confusos, llevándolos hacia las profundidades de la jungla, desde donde Nunca jamás podré escapar. Su intención: encantarlos y capturar sus almas, que luego pasarán a formar parte de la legión de espíritus que pueblan la selva amazónica, haciéndola vibrar como ninguna otra cosa en el mundo.
Esta criatura fantástica se llama Chullachaqui, nombre que proviene de la conjunción de dos palabras quechuas: “chulla”, que significa “desemejante” o “diferente” y, “chaqui”, como los Runas (peruanos prehispánicos) llamaban “pie”. Pero, ¿por qué es importante conocer el significado del nombre? Bueno, tal vez porque contiene el secreto que puede salvar tu vida.
Quienes han podido escapar de él, afirman que la única forma de protegerse de sus artimañas es observar directamente sus pies ya que uno tendrá forma de pie humano y el otro de pezuña hendida, siendo la única parte de su cuerpo que no se puede transformar.
Por eso, un consejo de los que han envejecido en este territorio es que cada vez que te encuentres con alguien en los caminos de la jungla, mires sus pies. Si notas que trata de esconderlos o taparlos, grita: “Chullachaqui” para descubrir su apariencia real y ver cómo desaparece avergonzado, dejando atrás las huellas de un humano y una bestia.